Los bonos del Estado, las acciones y los depósitos fijos forman parte del tipo de inversiones tradicionales sobre las que seguro has escuchado hablar en muchas ocasiones.

Vamos a dar un breve repaso a cada uno de ellos para ayudarte a decidir sobre cuál te conviene más a la hora de invertir.

Invertir en bonos del Estado

Invertir en bonos del Estado significa participar en una deuda del gobierno, adquiriendo parte de ella, sea una deuda local o nacional, pero deuda pública al fin.

Los inversores que compran estos bonos, lo que hacen es prestar el dinero al gobierno a unos intereses previamente acordados y con un vencimiento específico.

Recuerda siempre investigar para valorar qué tan conveniente y cuál es el riesgo de participar en el tipo de bono del que se trate.

Tipos de bonos: Los bonos de Estado pueden variar en términos de plazo, tasa de interés, método de pago de intereses y estructura de vencimiento. Algunos bonos pagan intereses periódicamente, mientras que otros acumulan intereses y los pagan junto con el principal al vencimiento.

Riesgo y calificación crediticia: Al igual que con cualquier inversión, existen riesgos asociados con los bonos de Estado. La agencia de calificación crediticia asigna calificaciones a los bonos según el riesgo percibido. Los bonos con calificaciones más altas suelen ser menos riesgosos pero pueden ofrecer tasas de interés más bajas.

Esas agencias se conocen como agencias de calificación crediticia o  agencias de rating y son  son entidades privadas destinadas a emitir una valoración del riesgo de crédito de una compañía o de producto financiero.

Tasas de Interés: Los bonos con tasas más altas pueden ser más atractivos para los inversores, pero también podrían estar relacionados con un mayor riesgo.

Compra: Puedes comprar bonos de estado a través de corredores, bancos o plataformas en línea que ofrecen acceso al mercado de bonos.  El proceso es parecido al proceso para la adquisición de acciones, solo que en  lugar de comprar acciones o parte de una empresa, estás comprando deuda gubernamental.

Diversificación: Siempre te recomendaremos diversificar tu cartera. Si puedes, lo conveniente es que no pongas todos tus recursos en bonos de un solo gobierno, ya que esto podría aumentar tu exposición al riesgo asociado con ese gobierno en particular.

Vencimiento: Los bonos de Estado tienen fechas de vencimiento en las que el gobierno reembolsará el principal al inversor. Puedes elegir entre bonos a corto plazo (menos de 2 años), mediano plazo (2 a 10 años) o largo plazo (más de 10 años) según tu horizonte de inversión.

Impuestos: Los intereses generados por los bonos de Estado tributan a Hacienda. Consulta sobre el tipo de bono que quieres adquirir y su rentabilidad para saber más sobre el impuesto a pagar.

Venta Anticipada: Aunque los bonos de Estado tienen fechas de vencimiento, también se pueden vender en el mercado secundario antes de su vencimiento. El precio de venta dependerá de las tasas de interés actuales y la demanda del mercado.

Riesgo de Tasa de Interés: Es importante tener en cuenta que los precios de los bonos en el mercado secundario pueden fluctuar en respuesta a los cambios en las tasas de interés. Cuando las tasas de interés suben, los precios de los bonos tienden a bajar, y viceversa.

Invertir en acciones

Invertir en acciones significa adquirir parte de una empresa, convirtiéndote en accionista con determinados derechos sobre ella y una participación que depende del reglamento y normativas internas.  El objetivo es adquirir un producto y beneficiarte de las ganancias que generen el crecimiento de la empresa.

Veamos un poco más sobre la adquisición de acciones como forma de inversión.

Objetivos y Estrategia: Define tus objetivos de inversión, ya sea a corto plazo (ganancias rápidas) o a largo plazo (crecimiento sostenible). También elige una estrategia de inversión, como inversión en valor (comprar acciones subvaloradas) o inversión en crecimiento (comprar acciones de empresas con alto potencial de crecimiento).

Plataforma de Inversión: La adquisición podrás hacerla a través de mediadores o de una plataforma en línea para comprar y vender acciones. Elige una plataforma confiable y fácil de usar que ofrezca herramientas de investigación y análisis.

Selección de Acciones: Dedica un tiempo importarte analizar los estados financieros y perspectivas futuras. Esto te ayudará a tomar decisiones informadas sobre qué acciones comprar.

Diversificación: Y como ya dijimos más arriba, no te arriesgues invirtiendo todo tu capital en esa empresa.

Seguimiento y Análisis: Después de comprar acciones, es importante hacer un seguimiento regular del desempeño de las empresas en tu cartera. Mantente al tanto de las noticias y eventos que puedan afectar su valor.

Mercado Secundario: Las acciones se negocian en un mercado secundario, lo que significa que puedes comprar y vender acciones después de que hayan sido emitidas por la empresa. El precio de las acciones puede fluctuar en función de la oferta y la demanda, así como de factores económicos y noticias.

Dividendos y ganancias: Algunas empresas pagan dividendos a sus accionistas, que son una parte de las ganancias distribuidas periódicamente. También puedes obtener ganancias al vender tus acciones a un precio más alto que el precio de compra original.

Riesgos: Siempre hay riesgo cuando se trata de economía. El mercado financiero depende de mucho más que la situación de la empresa o del estado económico interno del propio país. Forma parte de tu preparación, investigación y asesoramiento que deberás buscar.

Impuestos: Es importante comprender cómo los impuestos pueden afectar tus ganancias y transacciones de acciones. Las reglas fiscales pueden variar según la jurisdicción y el tipo de cuenta de inversión que tengas.

Invertir en depósitos bancarios

Invertir en depósitos bancarios, también conocidos como certificados de depósito (CD) en algunos lugares, es una opción de inversión relativamente segura y estable en la que depositas dinero en una cuenta bancaria a cambio de intereses durante un período de tiempo específico.

Pasemos al análisis un poco más detallado de este producto.

Elección de Plazo: Cuando inviertes en un depósito bancario, eliges un plazo específico durante el cual tu dinero permanecerá en la cuenta. Los plazos pueden variar desde unos pocos meses hasta varios años. A menudo, los depósitos a plazo más largos ofrecen tasas de interés más altas.

Tasa de Interés: Las tasas de interés pueden  ser fijas o variables, dependiendo de las políticas del banco y las condiciones del mercado. Las tasas fijas se mantienen constantes durante todo el plazo, mientras que las tasas variables pueden cambiar según las condiciones económicas.

Seguridad: Los depósitos bancarios son generalmente considerados seguros debido a la protección proporcionada por los seguros de depósitos del gobierno en muchos países. Estos seguros aseguran que tu inversión esté protegida hasta cierto límite en caso de quiebra del banco.

Liquidez Limitada: A diferencia de una cuenta de ahorros, donde puedes retirar fondos en cualquier momento, los depósitos bancarios tienen un período de bloqueo durante el cual no puedes acceder a los fondos sin incurrir en una penalización.

Garantía de principal: Al final del plazo del depósito, recibirás de vuelta el principal que depositaste inicialmente. Esto hace que los depósitos bancarios sean una inversión de bajo riesgo en términos de pérdida de capital.

Renovación: Al vencimiento del depósito, algunos bancos ofrecen la opción de renovar automáticamente el depósito por otro plazo similar. Si no deseas renovar, debes tomar medidas para retirar los fondos.

Efectos de la inflación: Este es  un factor a tomar en cuenta pues puede que no te compense una inflación alta. Generalmente las tasas de interés de los depósitos bancarios no van al mismo ritmo de la inflación.

Diversificación: Los depósito suelen ser seguros y, aún así, te recomendamos no invertir todo tu capital en este producto.

Impuestos: Las ganancias generadas por los intereses de los depósitos bancarios pueden estar sujetas a impuestos en función de las leyes fiscales de tu país. Es importante comprender cómo se aplican los impuestos a tus ganancias.