¿Eres de quienes postergan la realización de determinadas actividades agendadas previamente? Con la seguridad, eso sí, de que al terminar, retomarás lo que tenías previsto; al final, te dices que lo que estás haciendo es también algo que debías hacer y por eso estás convencido de que estás empleando energía en algo útil.

Aun así, a pesar de justificar esas acciones, algo te dice que no debiste hacerlo y que estás perdiendo el tiempo en algo que no era necesario.

Procrastinar no debe confundirse con pereza