Si quieres comenzar a jugar en el mundo del mercado accionario, las «blue chips» pudieran ser una buena opción de inversión

No es de extrañar que una significativa cantidad de inversionistas prefiera operar con las denominadas Blue Chips. Este término, que hace referencia a las fichas azules de los casinos (las que representan mayor valor) es empleado en el mundo bursátil para identificar las acciones de empresas estables, financieramente sólidas, muy consolidadas y con una buena aceptación de sus productos o servicios. Por lo general, las blue chips corresponden a las acciones de entidades financieras mundialmente reconocidas, así como las multinacionales que ocupan posiciones de liderazgo en el sector de la energía y las telecomunicaciones.

Las acciones de este tipo de empresas son muy atractivas para los inversionistas por su confiabilidad, la evolución de su precio se mantiene más o  menos uniforme sin responder de forma abrupta a los vaivenes del mercado; además, las blue chips pueden comprarse y venderse cuando se desee y, en ocasiones, el pago de los dividendos (ganancias) se hace de forma regular aunque la empresa no esté atravesando su mejor momento.

Una buena manera de entender las blue chips es considerándolas como los valores estrella del mercado: estables, con una rentabilidad predecible (aunque algo baja) y con escaso riesgo financiero, lo que las hace ideales para los inversionistas conservadores, precavidos y con escasa tolerancia a la incertidumbre y el riesgo.

Como es de esperarse en cualquier inversión, la rentabilidad es proporcional al riesgo; en el caso de la blue chips, la rentabilidad es bastante baja y debido a su alta demanda, estas acciones suelen tener precios más elevados, por lo que no son adecuadas para quienes deseen ganancias rápidas; sin embargo, son una buena manera de comenzar a jugar en el mundo del mercado accionario.

¿Habías pensado alguna vez en ser accionista de un gran Banco? Al adquirir acciones blue chips, no sólo comenzarás a dar tus primeros pasos en el mundo de las inversiones, obteniendo dividendos cada cierto período de tiempo; sin proponértelo, también serás socio y propietario de una pequeña parte de esa empresa; una muy pequeña parte, pero por ahí se empieza.